El té verde es, en la actualidad, la bebida más consumida alrededor del mundo. Son millones y millones las personas que han hecho de esta hierba un elemento imprescindible en sus vidas, siendo incapaces de imaginar un solo día siquiera sin tomar aunque sea una tasa de su preciada infusión.
Pero a pesar de su popularidad y gran auge, no son muchos quienes saben verdaderamente como preparar un buen té verde, que les permita disfrutar de su verdadero sabor y de todas sus bondades sin desperdiciar nada en absoluto.
El prepara el té verde natural perfecto inicia por dos factores claves: la calidad y la cantidad del té.
En primer lugar, no podremos obtener un buen té si no tenemos materia prima de calidad. Nada de bolsitas, polvos o subproductos industrializados, el verdadero té verde se obtiene con hojas seleccionadas de calidad.
Luego está la cantidad. Para asegurarnos un buen sabor y una buena concentración de sus excelentes propiedades, la medida adecuada es de 2 gramos de hojas de té verde natural por cada 200 mililitros de agua que vayamos a emplear.
Ahora que la he mencionado, hablemos del siguiente factor clave: el agua. En primer lugar, es vital disponer de agua de buena calidad, pura, filtrada, que presente la menor cantidad de minerales y otros elementos que pueden alterar el sabor y propiedades finales de nuestra preparación.
La temperatura del agua tampoco debe ser excesiva, jamás debe llegar a hervir, o esto hará que nuestra infusión quede amarga. La temperatura ideal está entre los 65º a 85º grados Celsius. Por otra parte, el tiempo de reposo no debe ser mayor a 3 minutos.
Si nos excedemos con el tiempo, aparte de quedarnos una bebida con un sabor muy amargo y astringente, perderíamos la mayor parte de los antioxidantes que posee el té verde, quedándonos así sin uno de sus principales beneficios.
Un toque diferente
Por último, podemos darle un toque especial a nuestro té, si no somos de esos puritanos que gustan de disfrutar de esta bebida en su formato original sin alterar en lo más mínimo su sabor.
En primer lugar, podemos probar a añadir miel, azúcar o algún otro edulcorante de nuestra preferencia.
Esto no solo le dará un gusto dulce que ayudará a disimular un poco el sabor a hierba característico que no a todo el mundo le agrada, si no que también, en el caso de la miel, le dará un gusto único y aumentará las bondades que trae ingerir esta bebida a nuestro organismo.
Otras opciones consisten en agregar otros extractos, hierbas o plantas a nuestra infusión, como zumo de limón, menta, jengibre y manzanilla, entre muchos otros, los cuales nos ayudarán a crear combinaciones de un sabor incomparable.
No dudes en seguir estos consejos, te aseguro que no volverás a ver al té verde de la misma manera.